Por Ignacio Mardones
¡A mí me ocurre!
Puede parecer una tontería, pero en realidad es una condición que afecta a miles de personas alrededor del mundo y, aunque nada trágico ocurre por esto, sí hace que la persona se disguste o enoje en los almuerzos familiares… La condición se llama Misofonia y consiste en una sensibilidad selectiva al sonido que provoca un sentimiento de desagrado muy grande para quien la padece. Puede ocurrir con cualquier sonido, pero es más frecuente con los sonidos cotidianos casi imperceptibles que la mayoría de la gente pasa por alto.
Ya sea el sonido de alguien masticando patatas fritas, cereales, el sonido de un click, la respiración ajena, el chasquido de los dedos, prácticamente cualquier cosa puede desencadenar esta rabia interna ante los ruidos insoportables. Y en cierto sentido es bastante terrible, ya que no importa si es un ser querido quien provoca el sonido, aún así la persona siente un enojo muy grande y a veces incluso debe irse a otro lugar para no tener que seguir sufriendo esa tortura.
También suele ocurrir que la persona frunza el ceño o se torne irritable de la nada. Esto es incomprensible para el resto, y por ello mismo toman esa actitud como algo negativo. Piensan que es un “ogro”, que se pone de mal humor sin ninguna razón o que anda amargado por la vida. Y cuando la persona trata de explicar lo que sucede, la reacción suele ser la misma, ¿cómo te puede molestar algo tan insignificante? Tienden a decir.
Si eres uno de esos que sufre misofonia, intenta contarle a los demás lo que te ocurre, quizás te entiendan y no sean tan duros contigo cuando te levantes de la mesa sin ninguna razón aparente o le pidas a alguien si por favor puede masticar su comida más despacio.
¿Qué te piensas de esto? ¿Sabías algo al respecto?
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